El primer grupo de oportunidades provenientes de plantación de árboles deriva de las estrategias del acuerdo para el crecimiento verde en Colombia, desarrollado por el Departamento Nacional de Planeación, donde, con base en el trabajo de Profor (2017) y UPRA (2019), se definieron las estrategias de largo plazo para el crecimiento económico con base en un marco del desarrollo sostenible. En particular, 7 de los 8 temas tratados en este acuerdo están relacionados con el PFCm, donde, por ejemplo, uno de estos busca promover el uso sostenible de las plantaciones comerciales. En consecuencia, se espera que el trabajo realizado por el Estado se traslade a un sector forestal con mayor nivel de profundidad y desarrollo en el futuro.
El segundo grupo de oportunidades de la industria según UPRA (2019) “… deriva del crecimiento esperado de la demanda de productos forestales maderables en el entorno colombiano y en el contexto internacional, lo que implica una mayor actividad en los mercados nacionales y de exportación de estos productos. ” Se estima que para 2030 la demanda de productos maderables de primera transformación (madera aserrada, celulosa y tableros) aumentará a 9,2 millones de m3, lo que representará aproximadamente el doble de lo estimado para 2015. A nivel mundial, según la FAO (2016), la Se espera que la demanda de madera sea de aproximadamente 1,7 billones de m3 para 2030, lo que representa 200 millones de m3 más que la estimación de 2015.
El tercer grupo de oportunidades relacionadas con la plantación de árboles está relacionado con el rápido desarrollo del mercado de carbono, no sólo en Colombia, sino también a nivel internacional. Este mercado se divide en dos, el mercado de certificados de carbono, en el que participan empresas que por ley están obligadas a reducir su impacto ambiental, y el mercado voluntario, donde empresas con políticas de desarrollo sostenible compran el servicio de captura de carbono de las plantaciones forestales por decisión propia. En el caso de Colombia, con la implementación de la Ley 1931 del 27 de julio de 2018, a las empresas contaminantes se les da la opción de elegir entre pagar más impuestos o financiar proyectos que capturen carbono del ambiente, es decir, plantaciones forestales. Esto da paso a la consolidación de un mercado de carbono en el país. Asimismo, según Hamrick, K., & Gallant, M. (2019), “el número de emisiones globales reguladas por el mercado de carbono aumentará en casi 70% para 2020, en comparación con 2019”, lo cual es relevante, porque el carbono Los mercados no se limitan a un solo país, lo que implica que las empresas que contaminan en Europa pueden comprar certificados de carbono de plantaciones en Colombia.
El cuarto grupo de oportunidades provenientes de la plantación de árboles se centra en los subsidios que otorga el Estado para el establecimiento de plantaciones comerciales. El primero de ellos es el certificado de incentivo forestal (CIF), que busca facilitar la financiación de este tipo de proyectos otorgando una subvención de entre 40 y 50% dependiendo de la especie sobre los costos de plantación de árboles y mantenimiento de los primeros 4 años. El segundo es el Incentivo a la Capitalización Rural (ICR), el cual consiste en un desembolso de hasta 20% del valor total del crédito solicitado para la inversión, cabe señalar que el ICR no fue creado específicamente para el sector forestal, aunque sí se considera en el incentivo. Sin embargo, hasta la fecha, muy pocos proyectos han podido beneficiarse de este tipo de incentivo, dada la limitada disponibilidad de recursos por parte del Estado.