En los últimos años, el debate sobre la sostenibilidad ambiental de las plantaciones comerciales se ha intensificado. En particular, algunas personas creen que podrían estar afectando la biodiversidad, los flujos de agua y la calidad del suelo. Sin embargo, según Cossalter (2003), en la mayoría de los casos este razonamiento suele ser equivocado y los problemas suelen estar relacionados con plantaciones específicas y un proceso de planificación y ejecución deficiente.
En cuanto a la biodiversidad, la dirección del impacto está en función del tipo de ecosistema que reemplaza. Si en el proceso se reemplazan los bosques naturales, el efecto sobre la biodiversidad será negativo. Sin embargo, si las plantaciones se establecen en tierras degradadas, el efecto será positivo y sostenibilidad del medio ambiente se logrará.
La relación con los flujos de agua requiere una comprensión más difícil. Generalmente se llegan a conclusiones y generalizaciones erróneas, incluso en la literatura formal. Por ejemplo, es necesario analizar cada plantación por separado, ya que diferentes variables interactúan entre sí para definir la dirección y magnitud del impacto en los flujos de agua. Algunos ejemplos de estas variables son: el tipo de suelo y su capacidad de absorber agua, las especies utilizadas, el tipo de hábitat reemplazado por la plantación, las condiciones climáticas de la región y el nivel de precipitación en la zona.
Finalmente, el efecto sobre los suelos suele estar correlacionado con la edad de rotación de los bosques. Por un lado, la erosión tiende a intensificarse en las primeras etapas de las plantaciones. Durante este período la preparación de la tierra tiende a dejar las plantaciones expuestas a las condiciones ambientales; En casos de rotaciones muy cortas, es posible que no tengan tiempo suficiente para estabilizar completamente sus niveles de erosión. Sin embargo, nuevamente, la magnitud y dirección del impacto en la calidad del suelo se correlaciona con las características específicas de cada plantación. Con una planificación y gestión adecuadas es posible mitigar completamente la mayoría de estos efectos y garantizar la sostenibilidad del medio ambiente de las plantaciones. Sin embargo, si se espera que el período de tiempo entre la siembra de los árboles y la edad de rotación sea muy corto, es posible aumentar la cantidad de fertilizantes utilizados, evitando cualquier tipo de inconveniente con el suelo. Cabe señalar que la mayoría de las plantaciones comerciales tienden a afectar negativamente la calidad del suelo en menor medida que muchos de los cultivos agrícolas tradicionales. Según un estudio de la FAO (2017), un cultivo de cereal disminuye la cantidad de nitrógeno del suelo 2,5 veces más que una plantación de aneucalipto.
27 de noviembre